Café Tu Aventura una alternativa para el desarrollo rural y comunitario

mayo 25, 2020
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La experiencia de vivir las rutas de turismo cultural y comunitario que ofrece Café Tu aventura despierta sentires, valoraciones y saberes que le dan un sello único a este emprendimiento. En cada visita guiada las personas descubren que, en ese encuentro con nuestras bellezas naturales y la cotidianidad campesina, se indaga en lo que somos culturalmente: café, afecto, mitos y leyendas; riqueza natural e hídrica. 

 

Quienes participan de las rutas de Café Tu Aventura expresan la felicidad de estar en el ambiente grato que ofrece la vida campesina; valoran poder visitar zonas rurales lejanas del stress urbano, en las que se esconde riquezas naturales como la reserva Barbas Bremen; y se aprende de los saberes tradicionales que cuentan por ejemplo lo que significa la elaboración de una taza de café orgánico.

 

Adentrarse en el sentido de este emprendimiento es hacer conciencia del valor de la labor que realizan las comunidades campesinas. La razón de ser de esta iniciativa es el conocimiento que tiene la líder emprendedora Ángela Gutiérrez de la realidad de las zonas rurales en las que se realizan las visitas guiadas. Con Café Tu Aventura se pone en valor las faenas campesinas, el sentido del cuidado propio de comunidades locales y el saber ancestral que caracteriza a las personas que habitan en estos entornos.  Las veredas y corregimientos de las zonas rurales de Filandia (Quindío) son las protagonistas de las rutas de turismo comunitario que se ofrecen. En estos lugares es posible entender porque se habla del Paisaje Cultural Cafetero como un patrimonio de la humanidad y explorar la riqueza de especies nativas que habitan en la Reserva Barbas Bremen.

 

En el contexto actual de Colombia en el que se hacen esfuerzos por desarrollar proyectos y programas que aporten al desarrollo rural y comunitario este emprendimiento permite mejorar la economía campesina a través de otra forma alternativa de ingreso para los campesinos con el turismo comunitario.  Estas comunidades campesinas han instalado en la agenda pública las demandas legítimas por la soberanía y la seguridad alimentaria, lo cual implica fomentar la producción local de alimentos, el cuidado de las semillas nativas y garantizar el abastecimiento a través de productos alimenticios nacionales. Estas demandas que se expresan en movimientos organizados de campesinos en todo el país, pueden encontrar una forma adicional de fortalecimiento de esas economías, a través del turismo comunitario que propone Café Tu Aventura.

Las tensión social natural a un modelo económico que hace su apuesta por la producción agroindustrial a gran escala enfrentada a la subsistencia de la forma campesina de producción de alimentos pueden encontrar un espacio  de mediación y superación de esa tensión a través del turismo comunitario.  Con el turismo comunitario de Café Tu Aventura se dignifica esa labor perseverante y constante de familias campesinas que poseen la fuerza productiva y el saber para seguir produciendo alimentos y productos con el sello agroecológico. Uno de los aliados de este emprendimiento es la plataforma de emprendimientos agroecológicos Serankua madre tierra que aglutina diversas iniciativas de emprendimiento basados en la generación de productos saludables, nacionales y con la promesa de lo agroecológico. 

Café Tu Aventura encarna una propuesta que recoge las apuestas estatales por fomentar el emprendimiento en Colombia y contiene las esperanzas de familias campesinas que continúan en sus tareas de producir alimentos, cuidar de entornos de reserva aledañas  a sus propiedades y le ofrecen a extranjeros y nacionales la dicha de vivenciar las gratas y sanas rutinas campesinas. Por eso es este espacio web tendrán voz las campesinas y campesinos hablando de lo que son, lo que representa el turismo para ellos y  las ideas para generar estrategias que enaltezcan su labor y mejoren su economía. Al mismo tiempo se unirán las voces de la academia ocupados de la reflexión sobre el desarrollo rural y las oportunidades para el bienestar social que se basan en las culturas locales.  Café Tu Aventura es una empresa conectada con la apuesta social por el desarrollo rural y la generación de diversas opciones de bienestar enraizadas en el vínculo con nuestra naturaleza.

Envío un aporte de un importante columnista del país:

Ciudadanía Rural 

Pablo Abitbol

Antes de seguir adelante quisiera detenerme un instante y releer el título, ciudadanía rural, para recalcar la tensión que existe entre esas dos palabras. Si la tensión es mucha, surge la duda sobre si estas palabras pueden ir juntas, ¿tiene sentido hablar de ciudadanía rural? Es decir, ¿es una realidad posible o una ilusión inalcanzable?

De hecho, el otro día vi aflorar tal tensión en boca de un campesino que se refería a los habitantes de una ciudad vecina como “los ciudadanos”. Lo vi en el documental ¿Y si dejáramos de cultivar? Campesinado y producción agroalimentaria en Montes de María, que vale la pena mirar así sea solo por ver cómo logran algunas entidades estatales no ser muy apreciadas por estas tierras.

Hay en todo caso una clara asociación etimológica e histórica entre la ciudad, la polis, y la política. La ciudad parece ser la cuna de la ciudadanía, cuya existencia y fortaleza constituyen la esencia de una vida democrática. Pero el hecho de que nos sea más fácil imaginar ciudadanos deliberando en el Ágora que en los campos de olivos no quiere decir que éstos fueran ajenos al proceso democrático; en efecto, éstos eran en buena medida uno de los principales asuntos a tratar. 

Mientras que la ciudadanía política (y, por supuesto, su correlato más frecuente, la política sin ciudadanía) se originó en la ciudad, la ciudad se originó con el advenimiento y la progresiva consolidación de la vida agrícola, el modo de vida preferido por Homo sapiens desde hace unos 10.000 años. La ciudad, en realidad, no fue posible sin el campo, la ciudad nació como Aleph de la vida agrícola – en ella confluían todos los caminos que llevaban al mercado.

Sin embargo, el dislocamiento político, económico y cultural de la ciudad respecto al campo – causado por los procesos de urbanización industrializada que vienen dándose, cada vez más extensa y profundamente, a lo largo y ancho del mundo desde el siglo XIX – ha creado un abismo de representatividad política y grandes desequilibrios en la calidad de la democracia entre el ámbito urbano y el rural. En un país como Colombia eso ha implicado una más fácil e insidiosa captura del estado en el campo por parte de quienes tienen mayores recursos de poder, incluyendo no sólo la tierra y el capital, sino además las armas. 

La ciudadanía rural no es una quimera ilógica, sino una realidad histórica que debemos fortalecer y proteger.

Para lograrlo, creo que es importante avanzar en un frente que – entre muchos más, claro – quizás permita especificar un poco aquella idea que, aún algo vaga en su dimensión política, ojalá no vaya a quedar en el aire: el problema es estructural y demanda soluciones estructurales.

Hace poco tuve la oportunidad de participar en un extenso proceso de construcción colectiva de una Visión de Desarrollo Humano Rural, en cabeza de un nutrido grupo de líderes de comunidades y organizaciones rurales articulados por los programas de desarrollo y paz del Caribe colombiano, en el cual la universidad tuvo la oportunidad de brindar orientación metodológica y un espacio académico deliberativo.

Con base en la discusión colectiva del Informe de Desarrollo Humano, Colombia Rural, Razones para la Esperanza, líderes campesinos, cívicos y comunitarios hilvanaron entre sí diversas lecturas de múltiples territorios en clave de cultura y desarrollo. Ahí aprendí, vi, cómo la construcción colectiva de conocimiento, con visión de futuro o como ejercicio de memoria, fortalece las redes de confianza en el territorio.

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